Lo primero que debemos preguntarnos antes de abrir nuestro estudio profesional es si hemos cursado la formación adecuada. Hay muchas escuelas que imparten cursos de diseño, algunas de forma muy seria, pero no todas. Para conseguir unos conocimientos sólidos lo idóneo es cursar:

  • Estudios universitarios para acceder a la licenciatura, graduado y graduado superior en la especialidad diseño gráfico, que imparten algunas universidades.

  • Estudios de formación profesional, concretamente el ciclo formativo de grado superior de diseño. Título oficial.

  • Estudios no oficiales, pero equivalentes a un ciclo formativo de diseño impartidos por escuelas de reconocido prestigio.

  • Cursos de especialización. Por ejemplo en herramientas informáticas sobre tratamiento de imágenes o diseño de páginas web. Proporcionan conocimientos complementarios muy útiles, pero para aprovecharlos bien primero hay que tener una buena formación de base, como las descritas anteriormente.

Conseguir experiencia

Dos o tres años de trabajo por cuenta de otro son suficientes antes de abrir un estudio propio. Para adquirir experiencia podemos solicitar a la escuela donde estudiamos que nos facilite el acceso a prácticas de trabajo.

Si eso no es posible, tenemos la opción de ofrecernos para trabajar en un estudio, por ejemplo con un contrato de formación, o buscar empleo a través de los medios tradicionales para conseguir un contrato temporal o incluso indefinido.

Inversión inicial

A la hora de abrir nuestro propio estudio, sólo en hardware y software básico ?ordenador, escáner, impresora láser y programas informáticos- deberemos invertir unos 6.000 euros.

Lo ideal para repartir gastos es buscar un socio, a ser posible de una especialidad complementaria. Por ejemplo, un ilustrador. Para entrar en contacto con él podemos poner un anuncio en una asociación profesional del sector o en revistas especializadas.

Antes de asociarnos con otro profesional deberemos comprobar que compartimos los mismos objetivos, concretar las tareas que realizará cada uno y dejar claro cómo se hará el reparto de beneficios. Si no queremos comprometernos demasiado, lo mejor será que cada uno trabaje por su lado, pero compartiendo local y consumos.

Dónde abrir un estudio

Barcelona, seguida a distancia por Madrid y Valencia son las ciudades donde se concentra un mayor número de profesionales del diseño. El mercado para trabajar en ellas es cada vez es más reducido.

Las oportunidades de hacer clientes se multiplican si se eligen otras capitales de provincia y poblaciones menores. Incluso son idóneas ciudades fuera de España, ya que los diseñadores españoles, y especialmente los catalanes, gozan de prestigio internacional.

Cómo hacer clientes

Tendremos que ser nosotros mismos o uno de nuestros socios quienes vayamos a vender directamente. El cliente valorará que nos convirtamos en su asesor personal en materia de diseño gráfico.

La venta se logra sólo si el cliente confía en nosotros y nos ve como profesionales serios y creíbles, aunque también se vende mucho por prestigio. Pero para hacerse un nombre hace falta tiempo.

Hay sectores muy cribados, como: alimentación, laboratorios farmacéuticos, editoriales, perfumería y cosmética. Sin embargo, en la industria queda mucho mercado. Es un sector que no se ha preocupado de su imagen externa hasta que no ha empezado a competir en el extranjero.

Los trabajos que más se solicitan actualmente a un diseñador gráfico son: folletos, tarjetas de visita, papelería en general (papel de carta, sobres, etc.), catálogos de productos, carpetas y, en caso de no tenerlo, el logotipo de empresa.

Como nueva actividad destaca el diseño de páginas web, aunque muchos clientes encargan ese tipo de trabajo a empresas de consultoría tecnológica. Es un campo que deberían compartir diseñadores e informáticos formando equipo.

En cuanto a las tarifas, cada profesional las decide libremente, pero puede orientarse a través de las asociaciones del sector.

El precio debe calcularse según las horas dedicadas a un encargo, la complejidad de la tarea: realización (actualizar o adaptar el contenido de un folleto…) o creación (crear el diseño de un calendario?) y la utilización que le va a dar el cliente.

Buenos consejos

  • Adquirir formación en ventas y habilidades sociales.
  • Registrar la propiedad de los trabajos de creación importantes.
  • Reciclar conocimientos constantemente.
  • Dominar varias especialidades dentro del diseño.

© Laboris