Pocas profesiones puede considerarse que tienen una variedad de actividades tal como ésta: desde la promoción de productos, a la atención personal en congresos, restaurantes, medios de transporte o programas de televisión, pasando por tareas de coordinación y de guía de actividades. Su labor consiste en contribuir al buen desarrollo de cualquier acto de cara al público, para lo que debe hacer servir dotes comunicativas, explotando las relaciones públicas y el protocolo cuando sea necesario.

En función del lugar donde desempeñe su tarea, su labor será más o menos simple. Así, un «azafato de imagen» (presente en fiestas, ruedas de prensa, programas de televisión…) tendrá simplemente que atender, orientar y acomodar a las personas que requieran de su ayuda, mientras que un azafato de congresos o de transportes, además de ofrecer información y orientación, también deberá controlar el acceso, entregar distintivos, atender reclamaciones o realizar visitas guiadas.

En el caso de actividades promocionales, su tarea será la de poner en contacto a las personas con el producto que se desea que conozcan, realizando una labor activa de relación. No obstante, no es un comercial en el punto de venta y por tanto no vende nada.

¿Qué formación necesitan?

La imagen sigue siendo muy importante para trabajar como azafato/a de tierra, aunque ya no es lo único que se valora. Las agencias apuestan cada vez más por personas que posean unos conocimientos de relaciones públicas y un cierto nivel cultural. Por ello, aunque no existe ninguna titulación oficial (al contrario que para los azafatos de vuelo), sí hay estudios propios que imparten academias privadas o las mismas empresas que contratan a estos profesionales, a través de cursos.

Estos estudios no duran nunca más de un año y ofrecen principalmente formación en idiomas, psicología, relaciones públicas, turismo, estética o protocolo. Los requisitos de acceso los pone cada academia o agencia, aunque lo mínimo suele ser haber cursado el bachillerato y en algunos casos también se valora que se conozca algún idioma extranjero. Aunque no suele ser muy normal, algunas academias realizan un examen de ingreso. No obstante, la falta de oficialidad hace que no sea imprescindible poseer estos estudios.

¿Qué perspectivas laborales tienen?

La mayor parte del personal de las agencias que ofrecen estos servicios está compuesto por mujeres, pues es una profesión tradicionalmente de signo femenino, en las que los hombres se han decidido a trabajar poco, pese a que está abierta a ellos.

Quienes trabajan en esto son de forma mayoritaria jóvenes, pues los sueldos no suelen ser demasiados elevados y los contratos son siempre temporales, en función de la organización de eventos o actividades. Por ello, no es una profesión en la que se tenga un largo futuro profesional pero sí que ofrece una buena oportunidad para aquéllos que la compaginan con otra tarea, sobre todo estudios.

El ritmo de crecimiento del número de azafatas/os ha sido muy elevado en los últimos años. El principal campo desarrollado ha sido el de las promociones, pues las empresas ha incrementado mucho sus campañas de marketing y eso ha repercutido en la necesidad de más trabajadores. Algunos estudios señalan que más de 20.000 personas trabajan cada año en este sector, de poca estabilidad pero con muchas oportunidades.

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