Son los responsables de controlar internamente la gestión económica y financiera de una empresa. Su misión es evitar que se produzcan desviaciones respecto a los objetivos marcados por la dirección y, si aparecen, proponer medidas correctoras.
Para ello, han de recopilar y analizar información sobre ingresos y gastos de todos los departamentos de la compañía.

También se encargan de:

  • Supervisar los procedimientos contables
  • Preparar informes de resultados
  • Confeccionar los presupuestos anuales de la empresa, según las
    directrices de la compañía

Los controllers dependen jerárquicamente de los directores financieros y suelen trabajar en grandes empresas. En todas las compañías se lleva a cabo un análisis
continuo de los resultados económicos, pero en las multinacionales es especialmente exhaustivo. Los números han de cuadrar en todo
momento para garantizar que hay beneficios y satisfacer así las expectativas de la dirección y los accionistas.

¿Qué formación necesitan?

La mayoría de controllers han cursado
las carreras de ciencias económicas, ciencias empresariales, economía o administración y dirección de empresas (ADE) y algún master especializado en finanzas o un MBA.

Si trabajan en una multinacional, deberán poseer un buen nivel de inglés, alemán o francés para comunicarse
con la central y las sucursales y enviarles informes de resultados en el idioma que corresponda.

También han de manejar con soltura las hojas de cálculo, los paquetes ofimáticos en general y los programas
más utilizados en la gestión financiera. Muchas empresas trabajan con SAP, pero no todas.

¿Qué cualidades deben reunir?

Han de ser meticulosos, calculadores, previsores y analíticos, y tener asumido que van a trabajar bajo cierta
presión.
Para llegar a controller se necesita una experiencia de cuatro o cinco años como assistant, jefe de contabilidad,
jefe de tesorería o auditor. La trayectoria profesional es clave, pero también lo son cualidades como la adaptación al cambio, la
capacidad de negociación, la rapidez en la toma de decisiones y la aportación de ideas novedosas.

Años atrás el controller debía ser un ‘virtuoso’ de los números, hoy además ha de ser un ‘estratega’. Debe conocer a fondo la empresa donde trabaja y entender cómo
se relacionan las diferentes variables cuantitativas y cualitativas que intervienen en su funcionamiento.

Hasta mediados de los 80 la velocidad de respuesta a los cambios no era determinante para que una empresa funcionara bien. Los mercados se comportaban siguiendo pautas claras y definidas, de forma que el futuro era relativamente previsible. Los controllers
podían trabajar tomando como referencia los históricos, es decir,
los datos de ejercicios anteriores. Hoy gran parte de esa información ha perdido validez y deben actuar con imaginación mirando al futuro en lugar de al pasado.

¿Qué perspectivas profesionales tienen?

Pueden trabajar en empresas de cualquier sector, que por lo general serán multinacionales. Las que tengan márgenes de beneficios muy ajustados valorarán especialmente su aportación.

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