Los Tripulantes de Cabina de Pasajeros (TCP), que anteriormente recibían el nombre de auxiliares de vuelo, son los encargados de atender a los pasajeros del avión en lo que necesiten.

Ésa es su función más visible, pero no la más importante, ya que los TCP se encargan también de velar por la seguridad de los pasajeros en todo momento y especialmente en situaciones de emergencia.

Los TCP conocen su programa de trabajo -días de vuelo, días de guardia y días libres- con un mes de antelación. Una jornada normal comienza con una reunión de la tripulación en la que el jefe de cabina o sobrecargo reparte entre los TCP las ‘fichas de zona’. En ellas se detalla qué parte del avión queda a cargo de cada tripulante y qué equipos de emergencia debe revisar.

Una vez a bordo, las funciones más rutinarias del TCP son:

   – Chequear el material de emergencia.

   – Comprobar puertas, luces, escaleras, bins (maleteros), rampas y cinturones de seguridad.

   – Comunicarse con los pasajeros a través de megafonía.

   – Hacer demostraciones de salidas de emergencia, chalecos salvavidas y máscaras de oxígeno.

   – Chequear periódicamente los lavabos para prevenir incendios.

   – Cerciorarse de que el pasaje sigue las indicaciones de seguridad.

   – Servir bebidas y comidas.

   – Atender las consultas de los pasajeros.

En situaciones de emergencia, los TCP son los responsables de que pasajeros y tripulantes sean evacuados del avión de la manera más rápida y segura posible.

Esto implica abrir las salidas, ayudar a usar los equipos de salvamento, instruir al pasaje sobre cómo prepararse para un aterrizaje forzoso, combatir posibles incendios, etc. Los TCP se encargan también de proporcionar primeros auxilios en caso de accidente o indisposición.

Qué formación necesita

Para ejercer esta profesión hay que tener la nacionalidad de un país miembro de la Unión Europea y una titulación mínima de BUP, FP II, ESO o equivalente. También es necesario obtener el certificado de TCP, que expide la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) a quienes superan un curso básico de TCP aprobado por esa Dirección General.

Los cursos pueden seguirse en centros de formación autorizados por la DGAC o en las propias compañías aéreas. Éstas también tramitan la licencia de vuelo del tripulante y le dotan de habilitaciones tipo, cada una de las cuales acredita que el TCP conoce las características de un modelo de avión concreto.

Las materias del curso básico de TCP son:

   – Aviación y meteorología.

   – Factores humanos.

   – Medicina aeronáutica, higiene y primeros auxilios.

   – Normativa.

   – Operaciones básicas y de emergencia.

   – Mercancías peligrosas.

Los TCP han de tener una presencia adecuada (en Iberia las estaturas mínimas son 1,65 para mujeres y 1,78 para hombres) y superar pruebas físicas de natación, evacuación, rescate, extinción de incendios… A modo de ejemplo, en una de las últimas convocatorias de Iberia se exigía nadar 100 metros en 2 minutos y 30 segundos como máximo.

El inglés oral y escrito es, cómo no, imprescindible, y el conocimiento de otros idiomas tiene un gran valor en el proceso de selección.

Qué perspectivas laborales tiene

Los TCP acreditados por la Dirección General de Aviación Civil del Ministerio de Fomento pueden trabajar en compañías aéreas españolas y en compañías aéreas de toda la Unión Europea.

Iberia es el mayor empleador del sector, con una plantilla de TCP que actualmente roza los 5.000 profesionales. La compañía realiza contrataciones eventuales de manera periódica e incrementos puntuales de plantilla a través de la bolsa de trabajo de su web www.iberia.es.

El resto de líneas aéreas -Air Europa, Spanair, Air Nostrum, Futura, LTE Volar Airways, Iberworld…- tienen menor capacidad de contratación que la primera línea aérea española, pero también abren puntualmente procesos de selección de TCP.

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