Los datos con los que comienza 2009 no son nada alentadores en materia laboral y es que una de cada tres empresas planea reducir sus plantillas a lo largo del año. Concretamente, según un estudio de la consultora Mercer, el 35 por ciento de los empresarios encuestados estudia rebajar el número de sus empleados.

Hay que destacar que este porcentaje es una cifra media, puesto que hay sectores que podrían afrontar despidos en mayor medida. Es el caso tanto del ámbito industrial como del tecnológico, ya que casi la mitad de sus empresas, exactamente, un 48 por ciento creen que se verán obligadas a reducir trabajadores.

A menor escala se sitúa el sector servicios, en el que «sólo» una de cada cuatro compañías proyecta enviar trabajadores al paro; o el 28 por ciento de las tiendas, tanto del sector mayorista como minorista, que planea tener menos empleados en los próximos meses.

La consultora añade que, como consecuencia directa de la crisis, los asalariados experimentan una pérdida de su compromiso con la empresa; una circunstancia que, lógicamente, redunda en un notable descenso de la productividad, por lo que es esencial que las compañías atiendan las preocupaciones de sus trabajadores y estimen si pueden ser satisfechas en la medida de lo posible.

Un papel fundamental en este aspecto lo juega la claridad y transparencia de las comunicaciones que tengan a los empleados como destinatarios, ya que la recuperación de la confianza es esencial para superar una coyuntura de recesión como la que vivimos en la actualidad.

El sistema de retribuciones variable es otro de los principales afectados por la negativa situación económica, ya que un 15 por ciento de las empresas planifica cambiar o desarrollar nuevos sistemas de esta modalidad de pago, una cifra que se eleva hasta el 28 por ciento en el caso de las compañías financieras.

Además, el 60 por ciento de las empresas reducirá las bonificaciones por productividad. Hay que destacar que el 75 por ciento de las que desempeñan su actividad en el sector financiero podrían decidir rebajar los bonos que conceden a sus empleados de mayor rango.

El paro, la principal preocupación

Y es que el año comienza con el paro como principal quebradero de cabeza para los españoles, que se convierten en los ciudadanos de toda la Unión Europea que mayor preocupación demuestran ante el fenómeno del desempleo. Los datos del último Eurobarómetro publicados por la Comisión Europea destacan que solamente el 10 por ciento de nuestros compatriotas considera «buena» la situación laboral, frente al 28 por ciento de europeos que califican de forma positiva la coyuntura de sus respectivos países. Exactamente, el 45 por ciento de españoles sitúa al paro como su principal preocupación, y un dato revelador: hace seis meses, tan solo el 27 por ciento colocaba al desempleo en su problema número uno.

Por su parte, la gran mayoría de ciudadanos europeos opina que la inflación y la crisis económica son sus dos preocupaciones más cercanas y, sólo en tercer lugar, el paro (el 26 por ciento de los encuestados). Portugueses y suecos acompañan a los ciudadanos españoles al confesar una mayor preocupación por el paro, aunque en ambos casos lo sitúan como el segundo de sus problemas.

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