Una opción a tener en cuenta cuando quiere emprender un proceso de selección es la de solicitar que los candidatos envíen una carta de presentación manuscrita. Para interpretar los resultados requerirá la participación de un experto en técnicas grafológicas.

Esta disciplina descifra las aptitudes de la persona a través de su escritura. Dependiendo de las necesidades de cada organización, el grafólogo intervendrá en la primera criba de candidatos, en la selección final o durante todo el proceso bajo la coordinación del responsable de recursos humanos.

En países como Francia y Alemania es ya una herramienta muy habitual para seleccionar personal. En España, cada vez existen más empresas que requieren sus servicios.

Utilidades

Esta técnica puede aplicarse a todas las situaciones de una empresa, tanto a la selección como a la promoción interna. Proporciona un perfil del candidato, relacionando sus capacidades con los requerimientos para el puesto de trabajo. Los datos obtenidos son también una guía muy valiosa en la entrevista de selección.

Además, esta técnica estudia:

  • Tipos de inteligencia. Puntos fuertes y débiles
  • Aspectos generales de la personalidad y comportamiento
  • Sociabilidad: grado y clase
  • Aptitudes profesionales
  • Maduración psicológica

Cuando el grafólogo se encarga de hacer todo el proceso de reclutamiento, la carta de presentación manuscrita hará las funciones de primer filtro en la preselección de candidatos. Después, cuando se le entreviste, se puede pedir que escriba algún documento para contrastar los resultados.

La ventaja de la grafología estriba en la abundancia y rapidez de los resultados.
No necesita la presencia física del futuro empleado, lo cual es una gran comodidad para ambas partes, y la gestión de los resultados es ágil y completa. Incluso permite comparar unas personas con otras y ahorra tiempo y costes a las empresas.

Además, es un técnica en la que difícilmente se puede engañar al experto ya que no se pueden disimular los rasgos de la escritura, que es única e íntima. Y aunque el candidato lo intente, el grafólogo se daría cuenta

Qué elementos estudia

La grafología no es simplemente una interpretación de nuestro estilo de letra. Intervienen muchos otros elementos, diferentes partes de un mosaico que el grafólogo agrupa para darles significado:

Forma de la letra: muestra algunos rasgos como, por ejemplo, si la persona es extrovertida y vital o todo lo contrario.

  • Tamaño: una letra grande puede ser síntoma de una necesidad de reafirmación personal.
  • Presión al escribir: es un factor determinante ya que indica determinación y capacidad de involucrarse con un proyecto.
  • Distribución espacial: la armonía de los elementos de la carta da una pista sobre nuestra capacidad de organizarnos y gestionar el tiempo.
  • Espacios en blanco: tanto los espacios entre palabras, líneas y los márgenes de la página marcan la capacidad que se tiene para el orden y las normas.
  • Dirección de las letras, palabras y frases: la dirección de los renglones muestra el estado de ánimo del candidato. De la misma forma, escribir en líneas ascendentes demuestra optimismo; lo contrario si se desvían hacia abajo.

La firma también contiene mucha información. En vez de explicar cómo somos, la rúbrica constituye una proyección de lo que el candidato quiere ser y de sus aspiraciones.

Si se ubica a la izquierda de la página denota un cierto grado de introversión; centrada indica la búsqueda del equilibrio y dificultades para tomar decisiones; los que firman en el lado derecho suelen ser abiertos y sociables. Según su separación con el texto, los expertos descubren la capacidad de separar la vida privada de la profesional.

Todos estos elementos se interrelacionan de tal forma que dan una imagen global del candidato.

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