Las oportunidades laborales para los jóvenes españoles mejorarán en la próxima década gracias, en parte, al amplio relevo generacional que se producirá. Las probabilidad, sin embargo, se concentrará en los más cualificados, mientras que los que tengan menos formación se van a quedar fuera del mercado laboral.

Esta es una de las conclusiones del estudio “La formación y empleo de los jóvenes españoles. Trayectoria reciente y escenario futuros”, elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).

Hasta 2025 se tendrán que cubrir 7,2 millones de jubilaciones y se estima que se crearán cerca de 1,3 millones de nuevos trabajos, fundamentalmente en el sector de servicios privados, como en el sanitario, educativo, de telecomunicaciones o bancos.

Esas son las estimaciones más pesimistas, porque en un escenario un poco mejor las previsiones de puestos de trabajo a cubrir serían de 8,9 millones, según los investigadores, y 9,7 en el más optimista.

Los jóvenes con estudios postobligatorios, desde bachillerato y formación profesional, hasta universitarios, tienen una probabilidad mayor de estar ocupados. Su ventaja frente a aquellos con estudios primarios o secundarios obligatorios es de 10,7 puntos porcentuales para los que cuentan con un ciclo formativo profesional de grado superior y de 12,9 puntos porcentuales para los universitarios.

Ahora bien, además de los años de formación, importan mucho las competencias entendidas como destrezas y conocimientos adquiridos (idiomas, informática, prácticas laborales o liderazgo en el trabajo). Un buen aprovechamiento educativo aumenta la probabilidad de inserción laboral en otros 13 puntos porcentuales adicionales, tanto como poseer estudios superiores.

Lo que preocupa especialmente es la situación de los jóvenes bautizados como “ni-nis”,que podrían estar en riesgo de ser excluidos del mercado laboral. Los jóvenes con formación superior tienen trece puntos porcentuales más de probabilidades de trabajar que otros sólo con los estudios obligatorios. Los autores analizan también las respuestas pasivas frente al desempleo y señalan que entre los jóvenes que ni estudian ni trabajan, son una minoría los que no buscan empleo, el 7% de las personas entre 18 y 24 años. Sentencia así el estudio que el problema de los «ninis» es que no encuentran trabajo pese a que lo buscan, y que el lastre es que el 60% de ellos no tiene formación superior y tampoco sigue formándose.