Cualquiera que trabaje en el ámbito sanitario sabe que ayudar y sentirse útil a los demás son compensaciones personales que van muy ligadas a su profesión.

 

Enfermeros, auxiliares de enfermería y auxiliares de geriatría son, además de empleos con una alta demanda, elecciones personales de gran valor humano. Conoce sus características y conviértete en uno de ellos.

 

Encontrar un trabajo con buenas salidas puede ser la razón de decantarse por buscar una formación sanitaria. Posteriormente a estos estudios podremos orientar nuestra carrera hacia el empleo en hospitales, clínicas y residencias de mayores. Sin embargo, ser auxiliar de enfermería, ayudante de odontología o auxiliar de geriatría supone además un compromiso con las personas y su bienestar. Su preparación, en la mayoría de los casos, consiste en un grado medio de formación profesional y su vocación es, sin duda, la de servicio a las personas y a la comunidad.

 

Pero, ¿en qué consiste exactamente el trabajo de un auxiliar de enfermería? En general, las Auxiliares de Enfermería llevan a cabo los servicios complementarios de la asistencia sanitaria en aquellos aspectos que no son de la competencia de enfermeros, además de depender de la Jefatura de Enfermería y de la Dirección del Centro. Las funciones de un auxiliar de enfermería, junto a las instrucciones propias de cada centro, están relacionadas con el bienestar y la higiene de los pacientes por un lado y con el hecho de facilitar la tarea de médicos, enfermeras y técnicos sanitarios por el otro. Hacer las camas de los pacientes, servirles las comidas, tener cuidado de su limpieza o colaborar en la administración de medicamentos serán algunas de sus atribuciones concretas.

 

Además de trabajar en centros sanitarios, muchos cuidadores encuentran una salida profesional en la asistencia domiciliaria a mayores. En estos casos también es recomendable contar con la titulación de Auxiliar de Enfermería, Clínico o de Geriatría y con la experiencia de atender a una persona en las circunstancias de la persona de la tercera edad, a la que, con esta asistencia, se le ofrece la oportunidad de seguir viviendo en su hogar contando allí con la ayuda necesaria.

 

Más especialistas

 

En cuanto a los médicos, el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, presentó recientemente el estudio ‘Oferta y necesidades de médicos especialistas, 2008-2025’. Según este análisis, el sistema sanitario español tiene en la actualidad una necesidad de especialistas del 2%, lo que supone que se precisan unos 3.200 médicos más. Las especialidades de Medicina Familiar y Comunitaria y Pediatría son las que presentan mayores necesidades en todas las Comunidades Autónomas. Otras especialidades que en la actualidad cuentan con una demanda destacable de profesionales son: Anestesiología y Reanimación, Cirugía Ortopédica y Traumatología, Cirugía Pediátrica, Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, Radiodiagnóstico y Urología.

 

Actualmente el número de médicos asistenciales activos en España es de 165.170, de los cuales más de dos tercios ejercen en el Sistema Nacional de Salud. El número de especialistas es de 161.967. Hoy por hoy, la necesidad de médicos puede considerarse leve, pues sólo es de un 2%. Sin embargo, a partir de 2015 y, especialmente, a partir de 2025, el déficit podría llegar a ser de un 14% (22.000 profesionales). Para paliar esa situación y anticiparse a futuras dificultades, el Ministerio de Sanidad y Consumo ha iniciado distintas acciones en diferentes frentes y ha propuesto a las Comunidades Autónomas un decálogo de actuaciones para una mejor planificación. Entre estas medidas, que están en la línea de las que aplicaría un buen departamento de Recursos Humanos de cualquier empresa, se encuentran mejorar la conciliación de la vida familiar y laboral de los médicos, desarrollar estrategias de fidelización de profesionales y extender las herramientas de e-Salud para aportar más eficiencia al sistema.

 

El objetivo del Ministerio de Sanidad y Consumo, con la elaboración de este estudio y con la puesta en marcha de todas estas medidas, es facilitar la planificación de los recursos humanos del Sistema Nacional Sanitario y evitar déficit de especialistas en el futuro, para lo cual también se recogerán las sugerencias y aportaciones del resto de agentes del sector.

 

Este completo estudio es una herramienta metodológica estratégica de gran valor para mejorar la planificación de los recursos humanos en el sistema sanitario español, detectar sus carencias y plantear posibles soluciones, lo que hasta ahora no había sido posible con este grado de fiabilidad. De hecho, coloca a España en la vanguardia de los países de la OCDE, ya que sólo Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Canadá y Australia han hecho estudios parecidos.