Los centros de trabajo vuelven a recuperar el pulso normal. Superados para la mayoría de los empleados los días de vacaciones, es hora de reencontrarse con la rutina laboral, horarios rígidos, responsabilidades profesionales, etcétera. Una situación que cada vez afecta de forma negativa a más trabajadores. Más del 40 por ciento de las personas que vuelven tras las vacaciones pueden sufrir lo que se conoce como síndrome postvacacional, caracterizado por episodios de tristeza y ansiedad, según destaca la psicóloga del Centro de Tratamiento de la Ansiedad y el Estrés (CETAES), Vanessa Fernández.

Tras unos días o semanas de descanso, un «porcentaje elevado» de la población puede sufrir distintos síntomas de tristeza, pérdida de ilusión, nostalgia, e incluso depresión. No obstante, esta experta ha matizado que «depresión entre comillas, porque no es normal que las vacaciones provoquen una depresión».

Lo que sí es frecuente es que se detecten episodios de ansiedad e incertidumbre por lo que viene. En estos casos, la ansiedad procede de una falta de planificación «que debería haberse quedado hecha antes de marcharse», mientras que la incertidumbre es propia de aquellas personas que no tienen «muy clara» su situación laboral. La irritabilidad también puede surgir, lo que hace que la persona esté más susceptible a las críticas, así como problemas de sueño o insomnio y, aunque menos frecuente, episodios de fatiga. Esto se debe a que «las emociones tienen correlatos fisiológicos y cuando una persona está muy irritada o ansiosa está presentando una tensión muscular por encima de lo normal».

Absentismo laboral, primer síntoma

Las mujeres y los trabajos administrativos concentran los mayores niveles de afectados y las grandes empresas son las más afectadas.

Una de las principales causas que llevan a los empleados a ausentarse del trabajo es el síndrome postvacacional. La vuelta a la actividad laboral tras las vacaciones puede acarrear desequilibrios físicos y emocionales que suelen pasarse a los pocos días, pero la persistencia de estos síntomas puede acabar conduciendo al trabajador a practicar el absentismo.

Este fenómeno es más acuciante en las grandes compañías, con plantillas que superan el millar de empleados y que dificultan al trabajador la posibilidad de sentirse implicado con la empresa.

Con el fin de combatir esta práctica, Adecco Training, consultora de formación del Grupo Adecco, recomienda a las empresas que intenten que los empleados se sientan más interesados en su trabajo, dándoles mayor autonomía y evitando, en lo posible, que caigan en actividades monótonas.

La compañía también aconseja a los empresarios que traten a sus trabajadores como personas con vida privada, que reconozcan su trabajo con recompensas por las tareas bien hechas, y que busquen aumentar la participación y colaboración de su plantilla en los proyectos de la empresa.

El absentismo laboral se ha duplicado en España durante los últimos cuatro años y es uno de los temas que más preocupan a las empresas, pues cada vez hay más trabajadores que faltan con frecuencia a su puesto de trabajo. La mayor parte de las veces, este absentismo es injustificado y responde a la ausencia de motivación e insatisfacción laboral de los trabajadores.

Los países más afectados por este fenómeno son Francia, Alemania y Bélgica, mientras que Italia y Austria presentan las tasas más bajas de absentismo. En España, al igual que en Portugal, el porcentaje de trabajadores que frecuentemente no acuden al trabajo se encuentra por encima de la media europea.

Las ausencias al trabajo también responden a factores psicológicos del individuo, de forma que las personas con estudios medios, introvertidas, inseguras, de baja autoestima o con una capacidad limitada para comunicarse, son las más propensas a practicar el absentismo laboral.

El sector servicios, la administración pública, los seguros y, en suma, los perfiles administrativos son los que registran un mayor nivel de absentismo laboral, posiblemente por el alto grado de responsabilidades burocráticas que soportan.

¿A quién afecta?

A pesar de que, por lo general, no existe un perfil específico de personas que padecen estos trastornos según la edad, se puede generalizar que son personas a quienes no les satisface su trabajo o su ambiente laboral, bien por sus compañeros o por sus jefes; su situación en su trabajo no es estables, y que, además, tienen muchas cargas extras fuera del mismo.

En cuanto al género no se advierten diferencias entre hombres y mujeres, si bien la psicóloga Vanessa Rodríguez destacó diversas teorías evolucionistas que aseguran que «las mujeres tienen más inestabilidad emocional, son más sensibles a cualquier cambio que se produzca y expresan más».

Sin embargo, la vuelta al trabajo no resulta desagradable para todo el mundo, y hay quienes se encuentran a gusto en su entorno laboral o a aquellos para los que el trabajo es una forma de camuflar su realidad.

En estos casos se puede hablar de un síndrome vacacional, ya que, en vacaciones, a veces que afloran síntomas que están soterrados durante el año debido al propio ritmo laboral, que inclusosirve de distracción.

«Hay gente que se construye un submundo y que piensa que todo va bien, pero cuando llegan las vacaciones, te pones a darle vueltas a la cabeza, reflexionas sobre ti, ves las cosas con perspectiva y te das cuenta de que hay un déficit en tu vida», aseguró la especialista.

Por ello, si a estos casos en los que existen problemas personales también se unen los síntomas propios del síndrome postvacacional se puede provocar un efecto sumatorio entre síntomas y presentar un trastorno más serio.

Plántale cara

A pesar de que no hay una receta mágica para evitar caer víctima del síndrome postvacacional, sí conviene seguir algunas pautas que pueden ayudar a prevenir su aparición:

  • Vuelve de las vacaciones al menos un día o dos antes de iniciar el trabajo, ya que así es más fácil acostumbrarse de nuevo a los hábitos rutinarios. Es muy recomendable retomar los horarios habituales antes del primer día de trabajo.
  • Planificalas tareas que quedaron pendientes o que hay que empezar a retomar.
  • Toma conciencia de que es un malestar normal en los primeros y réstale importancia.
  • Dedica tiempo para ti mismo e intenta que no todo sea trabajo
  • Piensa en los próximos días de descanso o en el próximo puente y planifica algo para crear una perspectiva de ilusión.
  • Distribuye tus vacaciones en varios periodos con el objetivo de que tengas la sensación que aún te quedan días libres.
  • No descuides la alimentación sana y la práctica de ejercicio físico, dos factores que suelen descuidarse en vacaciones pero que son aspectos en los que hay que incidir con el objetivo de que la salud física no influya en la mental.
  • Procura dormir más horas de las habituales durante la primera semana.

© Laboris