En nuestro país el estudio y tratamiento de la prevención de riesgos derivados del trabajo se han convertido en una prioridad. Con el tiempo las inspecciones de seguridad han pasado a ser una herramienta muy importante y necesaria que ha modificado, no sólo las leyes españolas que regulan la materia, sino también el perfil del profesional especializado en este sector.

Respecto a las primeras, se han tenido que armonizar con la política comunitaria en esta materia de seguridad y salud laboral. La nueva normativa ha afectado tanto a las diversas administraciones públicas con competencias en materia preventiva como a las empresas españolas que han tenido que modificar sus políticas con el fin de garantizar la seguridad y la salud de sus trabajadores.

Pero, esta adaptaciónno ha sido el único tema que han tenido que asumir los responsables de los poderes públicos y los empresarios; la búsqueda de profesionales especializados en acciones preventivas ha sido una de sus tareas prioritarias.

Hace unos años el número de técnicos en prevención de riesgos laborales era escaso y el pequeño grupo que existía tenía abierto ante sí todo un mundo, en lo que a trabajo se refería. Hoy, la cifra se ha incrementado y los especialistas se han multiplicado, no obstante, este crecimiento no ha repercutido en el terreno laboral, ya que esta titulación sigue teniendo amplias posibilidades profesionales.

Muchas salidas

Un técnico en prevención de riesgos laborales puede trabajar para la Administración, para una entidad especializada en acciones preventivas, como mutuas y consultoras, en hospitales, centros de formación en prevención y en empresas de cualquier sector que decidan designar un empleado para llevar a cabo la actividad.

Las expectativas de futuro son, por tanto, más que buenas, aunque sobre todo para los que quieran encaminar su vida profesional en empresas industriales y de construcción. En estos casos, los técnicos que hayan realizado estudios de ingeniería serán los grandes beneficiados. Del mimo modo, los titulados en Químicas tienen fácil su colocación en empresas de este sector para ejercer como especialistas de la rama de higiene.

Pero hay que tener en cuenta una cosa, actualmente existen dos niveles de técnico en prevención de riesgos laborales: el superior y el medio. Hay quien habla de un tercero bautizado como ‘básico’ pero que no puede ejercer. Para obtener el título de técnico superior hay que ser titulado universitario y realizar un curso de formación de, al menos, 600 horas. En cambio, sólo se precisan 300 y no es obligatorio un título superior para tener el nivel medio. De la formación que les capacita para obtener la acreditación oficial por el Ministerio de Trabajo e Inmigración te hablamos en la página siguiente. Te adelantamos ahora que hay centros especializados en preparar a futuros técnicos, así como universidades.

Preguntamos a los expertos

Antonio Pastor, jefe de estudios del CEF, y Carmen Baquero, profesora del área de prevención de riesgos laborales del mismo centro nos sacan de dudas.

Hemos preguntado a estos dos expertos sobre el trabajo que desarrollan los técnicos en prevención, las cualidades que deben tener y las perspectivas laborales que se encuentran. También les hemos pedido consejos.

¿A qué se dedica un técnico en prevención?

El técnico de prevención tiene unas funciones determinadas por la normativa vigente. El RD 39/1997, de 17 de enero, establece de forma concreta cuáles son estas competencias, entre las que pueden destacar las siguientes:

  • Promover, con carácter general, la prevención en la empresa y su integración en la misma.
  • Realizar evaluaciones de riesgos y proponer medidas para el control o reducción de los mismos.
  • Llevar a cabo actividades de información y formación de trabajadores.
  • Vigilar el cumplimiento del programa de control y reducción de riesgos.
  • Participar en la planificación de la actividad preventiva y dirigir las actuaciones a desarrollar en casos de emergencia y primeros auxilios.
  • Colaborar con los servicios de prevención, en su caso.

¿Cómo está ahora el mercado laboral para estos profesionales?

Nuevamente, el carácter de título oficial hace que esta profesión tenga un aceptable encaje laboral, para como están los tiempos, ya que se necesitan una serie de requisitos (titulación universitaria, formación de nivel superior en prevención, etc) que protegen en parte este mercado. Por otra parte, parece que las administraciones públicas están haciendo un esfuerzo porque la normativa de prevención deje de ser una «maría» para las empresas y se convierta en una asignatura realmente obligatoria, lo que facilitará el dinamismo de los profesionales.

¿Qué cualidades debe tener un técnico de prevención?

A las competencias técnicas típicas de cualquier profesional (conocimientos actualizados, capacidad para la toma de decisiones, capacidad de análisis y síntesis…) hay que añadir un conjunto de valores y actitudes imprescindibles para el desempeño de unas funciones críticas para nuestra sociedad. Destacamos: capacidad para el trabajo en equipo, sentido de la responsabilidad, confianza en sí mismo, sensibilidad y respeto hacia las personas, capacidad de influencia…

¿Qué consejos darían a una persona que quiere dedicarse a ello?

Unir la competencia técnica indiscutible, basada en la permanente actualización y estudio, con el desarrollo de la capacidad de influencia (que no manipulación), estando convencido de que ser prevencionista es vivir una profesión, no realizar un «curro».

España trabaja cada vez más en la prevención…

En el primer semestre del año el número de accidentes de trabajo ha bajado en un 3,2 por ciento respecto al mismo periodo de 2007. Entonces se produjeron 462.217 y ahora se han contabilizado 447.173.

Según el Ministerio de Trabajo e Inmigración, el sector que ha experimentado el mayor descenso de siniestros ha sido el de la construcción, mientras que el de servicios ha sufrido un ligero ascenso.

Si nos detuviéramos en el tipo de accidentes, tendríamos que resaltar que los mortales han experimentado un aumento de un 4,3 por ciento.

Por sexos, los hombres han sufrido de enero a junio de 2008 más percances que las mujeres en su puesto de trabajo. Y en cuanto a la edad, las personas de 45 a 65 años han sido los que han registrado más accidentes mortales. Los leves se produjeron mayoritariamente en el tramo que va de los 25 a los 40 años.

Medidas y políticas

Con estos datos no es difícil comprender el porqué de la necesidad del trabajo de los técnicos en prevención de riesgos laborales, así como de las políticas de prevención.

En lo que se refiere a esto último, el Gobierno ha tomado medidas que se recogen en la ‘Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2007-2012’.

Esta iniciativa que tiene un doble objetivo: por un lado, se pretende prevenir los riesgos laborales en las empresas y, por otro, se quiere fomentar las políticas públicas.

Pero, ¿qué esta haciendo el Ejecutivo para lograr lo primero? Varias cosas. A las pequeñas y medianas empresas que registren índices de siniestralidad más bajos se les aplica un sistema de reducción de cotizaciones. En cuanto a las que tienen los niveles más altos de accidentes laborales, se les aplica programas de control.

Respecto al segundo objetivo, las políticas públicas de lucha contra la siniestralidad están desarrollando campañas de concienciación, también están potenciando la cultura de la prevención, así como la formación en todas las etapas del sistema educativo.

… y también Europa

Pero España no es un caso aislado en cuanto a la adopción de medidas para prevenir riesgos laborales. Y es que la Comisión Europea ha puesto en marcha una estrategia de seguridad y salud en el trabajo a escala comunitaria.

En este sentido, la Agencia Europea para la Seguridad y la Seguridad en el Trabajo ha incluido entre sus prioridades la atención a pymes, sobre todo a microempresas, ya que son las que registran los niveles más altos de accidentes. Además, son las que suelen tener menos acceso a la información y asesoramiento en materia de prevención de riesgos.

La estrategia comunitaria hace hincapié en los riesgos psicosociales, en los trastornos músculo-esqueléticos (TME), a la exposición a sustancias peligrosas o, entre otros, en la gestión de la SST. El objetivo es, en definitiva, fomentar la cultura de prevención sostenible, intercambiando las buenas prácticas entre los Estados miembros. Para ello, se recopilan y contrastan datos e informes, que se agrupan en cinco categorías: biológicos, físicos, químicos, psicosociales y organizacionales.

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