En poco más de diez años internet ha conseguido transformar nuestra forma de aprender y de relacionarnos con la información. La red se hace hoy en día imprescindible en cualquier plan de estudios. Sin embargo, ¿se ha adaptado la escuela a este nuevo medio?, ¿y los institutos o la universidad? Internet puede ser una pieza clave en todos los niveles del sistema educativo. ¿Se está aprovechando todo su potencial?

En la actualidad es prácticamente imposible ser estudiante y desconocer la Red. De hecho, en España el conocimiento que profesores y alumnos tienen sobre las nuevas tecnologías digitales de la comunicación supera con creces al que posee el resto de la sociedad. Así, aprender ha quedado ligado a las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Los niños ya saben teclear en un ordenador antes de coger un lápiz. Las escuelas incorporan los ordenadores como herramientas básicas y ya no hay universidad que no cuente con su propio campus virtual.

Profesores y alumnos han aprendido a relacionarse de un modo distinto. Y encontrar los apuntes en internet, consultar las notas y hacer cualquier búsqueda resulta rápido y fácil… No obstante, parece que se aprende más en la Red por libre que a través de los centros educativos. Parece que en los centros docentes internet es un complemento, pero no es todavía una revolución como lo ha sido en la esfera privada. En realidad, ¿sabemos cómo lo lleva el mundo educativo español?

Las TIC en la escuela
Un estudio de la Fundación Telefónica trata de aportar una respuesta basándose en una encuesta elaborada con 17.576 cuestionarios. En España hemos llegado ya a los 24 millones de internautas. Si los negocios deben adaptarse a las nuevas tecnologías para evitar desaparecer, otro tanto debe hacer el sistema educativo. Pero, ¿cómo se están integrando las TIC en los centros de enseñanza? El informe de Carles Sigalés, Josep M. Mominó y Julio Meneses, profesores de la UOC, investiga el uso real de las nuevas tecnologías en los centros de educación primaria y secundaria en España. Y, entre sus conclusiones, señalan que el grado de penetración e integración de las TIC en el sector educativo puede considerarse inferior al de otros sectores de la actividad productiva. Esta diferencia, indican, no puede atribuirse solamente a la insuficiencia de las inversiones realizadas. Pero esto no sucede sólo en España. La mayoría de países desarrollados siguen la misma evolución: las TIC se usan más en los ámbitos privados que en los centros educativos. Todavía puede optimizarse el uso de las tecnologías en el ámbito de la educación. Según el informe, las TIC pueden potenciar enormemente la existencia de redes educativas integradas por todos los que intervienen directa o indirectamente en la actividad escolar: padres, profesores, agentes sociales, escuelas, asociaciones, servicios, administraciones y empresas.

Sin datos fiables
Sin embargo, todavía se desconoce la implantación de las TIC más allá de lo tangible: el número de ordenadores, la conexión a internet, etc. ¿La forma de enseñar ha cambiado? ¿Los planes educativos se han transformado? ¿Los maestros del siglo XXI transmiten el conocimiento del mismo modo que los del XX? Sin duda resulta imposible educar hoy en día obviando internet y el uso que todos le damos en privado. Sería absurdo transmitir en una aula los datos que cualquiera puede encontrar en google o en la Wikipedia. La cuestión está en saber si al alumno se le dan las herramientas necesarias para sacar el mayor provecho a la World Wide Web. Puede que se precise de nuevas figuras en el ámbito educativo, expertos en internet que sepan asesorar a profesores y alumnos y darles a conocer todas las posibilidades educativas de este ámbito. En cualquier caso, queda mucho por hacer.

De momento, el estudio de Fundación Telefónica trata de explicar por qué las expectativas generadas por la introducción de las nuevas tecnologías como herramienta para innovar y transformar la educación se han ido frustrando. Según los autores, la razón se halla en el hecho de que el profesorado se limita a utilizar las nuevas tecnologías en apoyo de las mismas prácticas docentes tradicionales de siempre, de carácter transmisivo, con lo que no se da ningún cambio sustancial. Así, por ejemplo, los profesores usan a menudo las TIC para preparar las clases, y los alumnos para realizar sus trabajos, pero apenas se usan en las aulas, o bien para colaborar con otros centros o en la comunicación con la familia.

Tecnología intensiva: el plan piloto
¿Qué sucedería si en lugar de aplicar las tecnologías en el ámbito educativo poco a poco lo hacemos de forma intensiva? La Generalitat de Catalunya quiere comprobarlo con un plan piloto dirigido a un centenar de centros de enseñanza secundaria obligatoria: aplicar un uso intensivo de las tecnologías. Aprendizaje, conocimiento y contenidos serán pues digitales. Adaptarse a los tiempos actuales, seguir el ritmo que marca lo digital parece ser el único camino para preparar a los estudiantes para un futuro que seguirá siendo digital. El plan piloto se pone en marcha el próximo curso 2009-10. A partir del 2010-11, vista la experiencia, podría aplicarse a todo el sistema educativo.

Los centros que participan en este plan se comprometen a impartir más del 60% de los contenidos curriculares utilizando medios digitales, es decir, abandonar los libros de texto en papel por el libro digital. Cada alumno dispondrá además de un portátil para seguir las clases y para trabajar en casa y las aulas contarán con un sistema de pizarra digital interactiva.