Un CV no tiene por qué ser malo si resulta largo. Como mucho, el especialista encargado de revisarlo se sentirá cansado al empezar a leerlo, porque ha mirado centenares de documentos similares antes de éste y le esperan otros tantos encima de la mesa. Pero si la información es interesante y está bien estructurada, telefoneará para concertar una entrevista.

Por contra, si el autor del CV ha optado por prescindir de datos importantes o por usar un cuerpo de letra pequeño, sus posibilidades habrán disminuido bastante:

  • El seleccionador tiene que forzar la vista para leer la letra pequeña, y eso molesta mucho más que tener una hoja extra que examinar.
  • La entrevista sólo la van a conseguir aquellos que se adecuen mejor al perfil buscado. Si no se da la información necesaria, difícilmente se va a perder el tiempo concertando una entrevista con él.

En su lugar, el especialista preferirá citar a otra persona que sí haya explicado correctamente su formación y su experiencia.

Lo que sí hay que incluir

El CV tiene que estar bien estructurado, con la información claramente agrupada en varios apartados:

  • Datos personales: Es muy importante que aparezcan destacados y en un lugar bien visible. Se necesita, como mínimo, un número de teléfono de contacto.
  • Formación: Debes dar el nombre de la titulación que posees, el centro y el año en el que la has conseguido.
  • Idiomas: No magnifiques tu nivel, porque es posible que te hagan la entrevista en esa lengua y te pongan en evidencia.
  • Informática: Explica los programas que conoces y el nivel, siempre que tengan relación con el puesto de trabajo.
  • Experiencia laboral: No basta con decir el cargo y el nombre de la empresa. Cada vez más, los expertos valoran los CV que especifican qué funciones y responsabilidades has asumido.
  • Otros: Generalmente, aquí se indica si se posee carnet de conducir, si se está dispuesto a cambiar de residencia, si hay algún tipo de limitación de horarios, etc.

A la hora de explicar tus funciones en la sección «Experiencia laboral», has de definir el entorno profesional en el que has estado envuelto:

  • Intenta que queden muy claras tus tareas y responsabilidades principales.
  • Incluye siempre el mes y el año de comienzo y de finalización de un trabajo.
  • En los perfiles directivos, se valora mucho la información sobre el número de personas que has tenido a tu cargo y las características de la empresa (sector, tamaño, número de trabajadores…).

Los datos que sobran

Un CV de tres folios sólo es un problema cuando se ha alargado innecesariamente. Así que elimina datos como:

  • Pequeños trabajos extra que se suelen hacer puntualmente en la etapa de estudiante (por ejemplo, canguro o dependiente de fast-food). Este tipo de experiencias sólo se valoran cuando se compaginan con los estudios durante un período prolongado, porque entonces se sabe que se está ante una persona inquieta y responsable. También debes indicar las prácticas como becario.
  • Notas académicas: No siempre los buenos estudiantes se convierten en buenos profesionales, así que este dato es prescindible. Y si tus calificaciones no destacan, no hay ninguna razón para ponerlas.
  • Tampoco es necesario que adjuntes certificados de titulaciones o cartas manuscritas, salvo que la oferta de trabajo lo pida explícitamente.

Ahora que ya sabes qué debe explicar el CV, vuelve a leer el tuyo, y si aún lo crees largo, no te preocupes. Lo breve sólo es bueno si está bien explicado.

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