El ‘personal shopper’ se ha convertido en una figura imprescindible para todos aquéllos a los que les falta tiempo para dedicarse a ellos mismos.

Cada vez oímos más hablar de él, pero ¿qué es, en definitiva, un ‘personal shopper’? La directora de Personal Shopper School, Miriam Serrán, lo define como “un profesinal que se dedica a la asesoría y a las compras”. Habría que diferenciarlo, por tanto, del estilista. “Se diferencian en que la función de éste se basa en asesorar la imagen y crear un ‘look’, un estilismo para según qué situación, mientras que el ‘personal shopper’ hace eso más las compras para su cliente, sea una empresa o una persona”.

 

El perfil de estudiante que acude a Personal Shopper School responde, en su mayoría (85 por ciento, aproximadamente), al de una mujer de entre 25 y 45 años. Además, “son personas que ya han tenido relación con el sector moda, tanto a nviel laboral como a nivel formación, o que también han tenido relación con el sector de la asesoría de la imagen”.

Además, el ‘personal shopper’ ha de ser una persona comunicativa, “con cierta formación en atención al cliente y con un ‘feeling’ o sexto sentido en cuanto a los sentidos del gusto. Tiene que tener una cierta creatividad y dotes de resolución de situaciones, además de dotes comerciales”, apunta Miriam Serrán.

 

La experiencia, un valor añadido

 

En Personal Shopper no requieren experiencia previa. Sin embargo, para su directora “siempre el que la tiene va por adelantado”.

Ahora bien, puede tratarse incluso de unas vivencias que vengan de la mano del gusto por la moda del interesado. Es decir, “si eres una persona a la que le gusta la moda, te gusta ir de tiendas, que conoce a los diseñadores, que sabes qué colección hay en qué tiendas, sabes un poco de color, que eres crea-tiva…”. Esto se convierte en una base que, con una formación adecuada, puede pasar del mero gusto y afición a una profesión.