A la mayoría de la gente no le gustan los lunes. Uno de los principales problemas es que convertimos el fin de semana en momentos de relajación, descanso o placer que se rompen el lunes al escuchar el despertador.

El científico australiano Tim Olds identificó uno de los motivos por los que nos desagrada el día lunes. Según revela en su estudio que presentó en la Conferencia de la Asociación Austroasiática sobre el Sueño, la noche que menos dormimos es la que transcurre del domingo al lunes. Y eso hace que empecemos la semana con una considerable falta de sueño.

Sus resultados se basan en un experimento masivo con 4.000 niños y adolescentes australianos de edades comprendidas entre 9 y 18 años. Analizando sus hábitos, Tim Olds llegó a la conclusión de que estamos acostumbrados a trasnochar los viernes y los sábados, y que “el domingo nos acostamos tarde porque no queremos dejar el fin de semana atrás”. Esto provoca un déficit de horas de sueño que tiene consecuencias negativas, como un sistema inmune más débil, dificultades para memorizar y problemas de atención.

El científico australiano también calculó cómo cambian los patrones de sueño a medida que crecemos. Por término medio, los niños australianos de 9 años duermen 10 horas cada noche. Este tiempo se reduce en 9 minutos por cada año cumplido hasta alcanzar los 18. Pero además, en las noches que separan dos días lectivos los adolescentes reducen aún más su tiempo de descanso.

Curiosamente los fines de semana sí descansamos el tiempo suficiente. Esta diferencia se aprecia de forma extrema en Corea, donde estudios recientes muestran que los jóvenes coreanos duermen 4 horas y media durante la semana escolar, frente a una media de 13 horas de descanso nocturno en fines de semana y vacaciones. En cuanto a los niños y adolescentes españoles, los expertos aseguran que también sufren una falta de sueño crónica, ya que más de un 60% duerme una hora o dos menos de las nueve aconsejadas.

¿Cuántas horas duermes al día?