Las noticias sobre la crisis y el aumento del paro han surtido su efecto: los estudios, especialmente de Formación Profesional, han ganado adeptos. Así, según cifras del Ministerio de Educación, el número de alumnos que sigue formándose después de la etapa obligatoria ha crecido por primera vez en 15 años. La educación es ahora la mejor preparación de futuro.

Durante el curso 2008-2009, todos los ciclos no universitarios han visto aumentar su número de alumnos en un 3%. En la FP de Grado Medio este crecimiento alcanza el 5,9%, triplicándose el respecto al curso anterior. La Formación Profesional de Grado Superior presencial crece en un 3,8%, mientras que los mismos estudios a distancia han llegado a aumentar en un 54,7%. También la Educación Infantil para menores de 3 años ha contado con un 34,5% más de alumnos, mientras que en Bachillerato se ha dado un crecimiento del 1,2%, muy significativo puesto que no se observaba un aumento desde el año 1993. Además, los programas de cualificación profesional inicial (PCPI) para jóvenes en riesgo de abandonar el sistema educativo sin ningún título crecen un 14,4%. Todas ellas son etapas no obligatorias de la enseñanza, las que precisamente elevan el nivel educativo de un país. La ecuación es clara: tener más estudios equivale a contar con más recursos para desenvolverse en el mundo laboral.

30.000 alumnos más
En total, 942.875 estudiantes cursaron enseñanzas secundarias no obligatorias el curso pasado: Bachillerato, FP de Grado Medio, Grado Medio de Artes plásticas y diseño y de Enseñanzas deportivas y Programas de Cualificación Profesional Inicial. Estaríamos hablando de casi 30.000 alumnos más que el año anterior. ¿Se está concienciando la sociedad de la necesidad de una buena preparación para asegurarse el futuro laboral? Seguramente sí, puesto que además estas cifras se dan junto a una ligera disminución del tamaño de la población asociada a estas enseñanzas.

Esperanza de futuro
Para el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, estas cifras suponen una nueva esperanza, la de que “cada vez más españoles elijan más formación en lugar de un mal empleo o el desempleo y de que más jóvenes adquieran más conocimientos para tener más oportunidades”.

Alumnos muy variados
De hecho, además de crecer, el tipo de estudiantes de Formación Profesional está ampliándose. Actualmente, muchos parados, amas de casa e inmigrantes se deciden a optar por esta vía para lograr una cualificación que les permita encontrar su sitio en el mercado laboral. Según señaló recientemente Marcos Peña, presidente del Consejo Económico y Social (CES), el 80% de los parados se verá obligado a conseguir una cualificación laboral o a mejorarla si quiere reintegrarse en el mundo del trabajo. Con una gran oferta de cursos y un acceso sin límite de edad, la FP es suficientemente flexible como para aportar esta formación necesaria a colectivos sociales muy diversos. Incluso algunos universitarios buscan en esta formación algo que echan en falta: las prácticas en empresas del sector: una buena puerta de entrada al mundo laboral. De hecho, la Formación Profesional ya se considera como la clave para una integración laboral que se hace tan necesaria en estos momentos.