Muchos hemos soñado con haber tenido la suerte de que, cuando éramos pequeños, nos hubieran hablado en inglés. Ahora aprender este idioma no supondría ningún reto, sería nuestra segunda lengua. Muchas escuelas tratan de convertir este sueño en realidad. Cada vez se aprende el inglés a más temprana edad. ¿Será realmente el esperanto del futuro, una lengua que conozcamos todos?

Asignaturas en inglés
Ya son muchas las escuelas que enseñan inglés a partir de los cuatro años en sus aulas. Imparten asignaturas en este idioma y, sobre todo, animan a los alumnos a hablarlo. De este modo, expresándose en inglés unas horas a la semana, se busca que los niños se acostumbren a esta lengua y la incorporen como algo natural en sus vidas. Tal vez así, empezando desde pequeños y sin las presiones que habitualmente nos ponemos los adultos, se rompa el tradicional miedo de los españoles a la lengua británica.

Con más de 500 millones, entre los nativos y los que lo tienen como segunda lengua, el inglés sólo se ve superado en número de hablantes por el chino mandarín. Cada día resulta más necesario en las comunicaciones, sobre todo en la era de internet; también en el trabajo, en los viajes… Hoy en día, el que no sabe nada de inglés se siente a menudo perdido frente a una información que no puede comprender ni descifrar. Por esta razón es cada vez más importante que los estudiantes dominen este idioma cuanto antes, que lo tengan como segunda lengua, pues les va a ser muy útil tanto a lo largo de su carrera profesional como en la vida cotidiana.

Maestros que estudian
Para conseguir que los niños aprendan el inglés en las escuelas, la mayoría de sus maestros deben poder hablarlo normalmente. Sin embargo, no siempre es así, pues hay muy buenos profesores que desconocen este idioma extranjero o que no lo dominan lo suficiente. Para paliar esta carencia, el Ministerio de Educación destinará este año 2.500 ayudas a maestros o estudiantes de los últimos cursos de estas enseñanzas para que puedan realizar cursos de inglés en el extranjero. La cuantía de las ayudas será de 2.100 euros cada una. La duración del curso será de al menos, seis semanas, con un mínimo de 20 horas lectivas semanales entre el 1 de junio de 2010 y el 30 de noviembre de 2010.

De escolar a otro país
Otra opción es cursar un año escolar en el extranjero. No es una experiencia apta para todos los paladares, pues los más sensibles echarán de menos su familia y su casa. Sin embargo, para los más atrevidos, ésta es una opción formidable. Cursar un año o varios en los Estados Unidos, Canadá o Inglaterra les puede abrir muchas puertas en el futuro, pues tendrán la asignatura del inglés completamente superada. Se trata de una completa inmersión lingüística con muy buenos resultados académicos que, además, puede ser una experiencia vital importantísima: el acceso a una nueva cultura.

Trabajar en el extranjero
Irse una temporada a vivir a un país extranjero no es sólo cosa de adolescentes en época de vacaciones. También es posible aprender o perfeccionar un idioma trabajando en el extranjero. Esta es una opción que los más valientes toman por su cuenta y riesgo, pero también existen diversas ayudas para ello.

Si te acabas de licenciar o te queda poco para obtener el título universitario, puede interesarte el programa de movilidad ARGO. Promovido por el Ministerio de Educación, su objetivo es impulsar la formación complementaria de los titulados de todas las universidades españolas a través de la realización de prácticas en empresas en el extranjero. Estas becas te permiten trabajar y formarte en empresas de Europa, EUA, Canadá y Asia (India, China, Japón, Singapur, Corea del Sur, entre otros). Con una duración de entre 3 y 12 meses, se concederán un total de 1.100 de estas ayudas hasta el 2012. Este programa cuenta con un presupuesto de 7.650.000 euros y se solicita a través de las universidades.