Las mejores vacaciones son aquellas que te dejan grandes enseñanzas que duran toda la vida. Cada experiencia con la maleta o la mochila a cuestas es un aprendizaje que podría hacerse aún mayor si te apuntas a un curso de verano en una nueva ciudad. Sea en un pequeño pueblo o en alguna metrópoli de moda, siempre encontrarás opciones de acuerdo a tu presupuesto y obtendrás la satisfacción de regresar hablando un idioma o dominando una técnica para expresar tu creatividad. 

Si te gusta la playa, la comida de mar y el movimiento del verano tu mejor opción será escoger un lugar costero. Desde hace años, Malta se promueve como el lugar ideal para aprender inglés en un ambiente internacional y disfrutando del calor isleño. Centros como el Chester School of English o Eurolingua ofrecen enseñar inglés en dos semanas o durante todo el verano, y utilizando diversos tipos de metodologías.

Si dispones de tiempo y te gusta la aventura, quizá uno de los cursos de Viajar y Estudiar para aprender inglés en Sydney o rendir el examen académico TOEFL en Los Ángeles, pueden darte unas vacaciones soñadas. Para aquellos que cuentan con un presupuesto más modesto, algunos cursos también incluyen la posibilidad de realizar prácticas sobre el terreno y poder costear parte de la estadía mientras se aprende. Reino Unido e Irlanda son dos destinos que ofrecen cursos de inglés compaginados con trabajos de enfermería y hostelería.

Muchas veces se piensa que estos cursos están hechos a la medida de jóvenes universitarios o recién egresados, más que en profesionales con experiencia. Sin embargo, la necesidad de manejar lenguas ha hecho que se abran cursos de idiomas en el extranjero especialmente dirigidos a adultos.

Cruza fronteras: más allá del inglés

Pero no sólo puedes planificar un viaje para hablar inglés. La creciente demanda de profesionales especializados en Alemania ha hecho que la oferta de programas para estudiar alemán se diversifique. Puedes optar desde un primer acercamiento en la enorme y multicultural Berlín, hasta un pequeño refugio en los bosques bávaros en Munich. Y si lo tuyo es la moda, ¿por qué no hacer un cursillo de verano en Milán?

Las alternativas son múltiples y puedes elegir el curso y luego el destino, o al revés. ¿Te apetece conocer St. Petersburgo? Aprovecha para aprender a comunicarte con los rusos en su propia lengua. Sorprenderás a cualquiera

La ventaja de todos estos programas es que, además de ser flexibles en su duración y ofrecer facilidades para encontrar un trabajo a tiempo parcial, muchos de ellos incluyen alojamiento en una residencia o en casas de familias que acogen estudiantes. La total inmersión cultural está asegurada, por lo que se trata de una apuesta segura. Si tienes la oportunidad de hacerlo, no lo dudes.